Los móviles y nuestros hijos
Es indudable que la incorporación de las nuevas tecnologías en nuestro día a día aporta muchísimas ventajas y aspectos positivos; sin embargo, ante el incremento de incidencias por el uso indebido de móviles en colegios, creemos conveniente aportarles algunos datos y recomendaciones para el buen uso de los dispositivos móviles por parte de los menores de edad.
En España, la edad legal para acceder a las redes sociales (Tuenti, Facebook, Instagram, Snapchat…) es de 14 años. Sin embargo, muchas de ellas, incluido el servicio WhatsApp, carecen de controles de registro y acceso: basta con falsear la edad de nacimiento al crear la cuenta.
Según el artículo 13 de la Ley Orgánica de Protección de Datos, ninguna empresa puede registrar datos de menores de 14 años sin la autorización de los padres. Sin embargo, estas redes sociales no han establecido los mecanismos adecuados para recoger dicho consentimiento paterno. Técnicamente, el acceso a ellas por parte de menores de esta edad es ilegal.
Sin embargo; según la EU Kids On line, es alarmante que el 11,9% de los niños de 9 y 10 años, el 43% de los de 11 y 12 años y el 75,2% de los de 13 y 14 años tienen un perfil en una red social.
Aparte de las razones legales, hay otras de peso: los peligros, engaños, timos, acosos y problemas que se pueden encontrar los niños, para los que no están preparados. Imágenes y videos que circulan en estas redes sin ningún tipo de control. Por ello es importante tener presente:
- Un móvil no es un juguete, y usarlo debe implicar la aceptación de unas normas.
- Al proporcionar un móvil a nuestros hijos, nos estamos haciendo responsables de su buen o mal uso, así que, antes de nada, hemos de explicarles los riesgos que puede conllevar.
- Hay que dejarles claro que nosotros hemos pagado el móvil, la conexión a Internet, el mantenimiento, … por lo que tenemos la responsabilidad final (jurídica) del uso que de él se haga y podemos/debemos actuar en caso de mal uso.
- Los niños pueden llegar a invocar su derecho a la intimidad. Recordemos que, al ser menores de edad, su derecho a la intimidad está limitado por nuestra responsabilidad sobre sus acciones y nuestra obligación de garantizar su seguridad y protección, lo cual implica conocer las aplicaciones que descargan y utilizan, las redes o servicios a las que puedan acceder, se conectan, así como la información que puedan manejar, transmitir o recibir.
- A través de los servicios de mensajería instantánea (como WhatsApp, Line, Telegram o Kik, entre otros), los niños pueden escribir barbaridades, insultos, ataques y descalificaciones utilizando un lenguaje inadecuado y no ser conscientes de los riesgos que supone enviar mensajes inapropiados o compartir vídeos, datos o fotos suyas o de otras personas.
- Es muy importante que los niños adquieran plena conciencia del impacto que puede tener cualquier información que compartan a través de las redes sociales. La inmediatez que proporcionan estos dispositivos en la transmisión de la información es muy delicada. Los niños deben aprender que cualquier imagen o información que generen o transmitan a través de dispositivos móviles puede acarrear consecuencias muy distintas de las pretendidas, o llegar a manos de personas a las que no debería llegar. Por ejemplo; compartir la ubicación, divulgar los planes de vacaciones o capturar imágenes del domicilio puede dar opciones de asalto a nuestra vivienda.
- Asimismo, es fundamental educar a los niños en el respeto hacia los demás también a través de los medios electrónicos, prohibiendo expresamente las caricaturas, montajes fotográficos, “memes” o alusiones peyorativas o insultantes hacia cualquier compañero, tanto por la falta de consideración que suponen, como por las consecuencias judiciales
- Debemos evitar que les pueda crear inquietud o dependencia. La interactividad permanente con dispositivos electrónicos es una poderosa fuente de distracción y desconcentración, que puede llegar a afectar al rendimiento escolar; incluso dependencia o ansiedad. Un niño no debe estar todo el tiempo libre “conectado” o “disponible”. Los profesionales recomiendan que estos dispositivos móviles deben apagarse cuando estudian, cuando hablan con los padres… y, sobre todo, a partir de la “hora de dormir”.
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