La Inteligencia Emocional. ¿Qué es?

La inteligencia emocional, la consideramos como el conjunto de habilidades para conocer y controlar las  emociones y sentimientos propios; leer los estados de ánimo y sentimientos ajenos; para establecer relaciones positivas con los demás y para ser una persona feliz que responde de  forma adecuada a las exigencias personales, escolares y sociales.

La inteligencia emocional es dinámica y se construye, en cada una de las etapas de la vida.

En el período de Educación infantil, los niños construyen su autoconcepto y autoestima en las acciones que realiza y en contacto con las personas relevantes que le rodean. Al finalizar esta etapa, los niños son competentes para manifestar y asumir el afecto de las compañeras y compañeros que le rodean, de interesarse por sus problemas o de contribuir a su felicidad. También los son para controlar su comportamiento y tolerar la frustración de no obtener lo que quieren cuando lo quieren y el fracaso de que las cosas no  salgan como se pide, especialmente cuando el esfuerzo no ha sido suficiente.

El paso de la Educación infantil a la Educación primaria supone una reestructuración de las habilidades personales y sociales, enmarcadas en un ámbito con la exigencia de mayores niveles de autonomía y de relación.

En la etapa de primaria se desarrolla una notable capacidad para comprender las emociones propias y las de los demás. A partir de los 7 años toman conciencia de que las emociones no perduran y pierden intensidad. A la edad de los 8 años se empieza a desarrollar la comprensión de la ambivalencia emocional, es decir, a sentir emociones contrarias ante una misma situación. Empiezan a ser capaces de ponerse en el lugar del otro, aunque la empatía no empieza a desarrollarse fuertemente hasta los 9  años.

A lo largo de esta etapa se va adquiriendo la capacidad de regular la vida emocional. (Control de la expresión de las emociones). La regulación emocional favorece la interacción social. También se produce una mayor autonomía emocional. Entre los 6 y 8 años se define el yo a través de la comparación con uno mismo en su pasado. Sin embargo, entre 8 y 12 años se incorpora la comparación social. (Yo – Mis compañeros). A nivel de autoestima hasta los 8 años la percepción de sí mismo es positiva. A partir de los 8 años se va a una percepción más realista.

La capacidad de querer y ser querido por los iguales es fundamental para el desarrollo de la autoestima y para el bienestar social. Al comienzo de la etapa de primaria  se alcanza un conocimiento social suficiente para el inicio de las críticas y valoraciones personales. El grupo pasa a ser la base de las relaciones. La amistad pasa a ser de cooperación, confianza mutua y ayuda recíproca. Para tener amigos es necesario: conocer a los demás, comunicarse, expresar inteligentemente las emociones (positivas y negativas) y ser capaces de aceptar lo que sienten los demás.

Componentes de la inteligencia emocional

1)  Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo (el reconocer un sentimiento mientras ocurre) es la clave de la inteligencia emocional. Una mayor certidumbre con respecto a nuestras emociones es una buena guía para las elecciones vitales, desde casarse hasta optar entre un trabajo u otro.

2) Manejar las emociones. Se basa en la capacidad anterior. Las personas que saben serenarse y librarse de la ansiedad, irritación o melancolías excesivas se recuperan con mayor rapidez de los reveses de la vida.

3)  Automotivación. Las personas que saben controlar la impulsividad y esperar para obtener su recompensa cumplen con sus objetivos y están conformes con sus logros.

4) Empatía. La capacidad para reconocer las emociones de los demás, saber qué quieren y qué necesitan es la habilidad fundamental para establecer relaciones sociales y vínculos personales.

5) Manejar las relaciones. Esto significa saber actuar de acuerdo con las emociones de los demás: determinan la capacidad de liderazgo y popularidad.

 

Última modificación: 09/02/2016 - 20:08